El plástico, un material que revolucionó la industria desde mediados del siglo XX, sigue siendo protagonista en la economía global. Con un crecimiento exponencial desde los 2 millones de toneladas producidas en 1950 hasta superar las 460 millones de toneladas en 2023, su impacto en sectores como la construcción y la industria ferretera es innegable. El estudio realizado por bioelemnts “Tendencias de consumo de plásticos y consciencia ambiental”, analiza las proyecciones, desafíos y oportunidades del consumo global de plásticos, así como las innovaciones que marcan un cambio de paradigma hacia la sostenibilidad.
El consumo de plásticos ha crecido de manera sostenida gracias a factores como el aumento de la población, la urbanización y el desarrollo económico. Las proyecciones indican que, de no tomarse medidas significativas, la producción global podría duplicarse para 2050, alcanzando 1,100 millones de toneladas anuales. Este escenario plantea serios desafíos ambientales, como la gestión de residuos y la contaminación oceánica, donde cada año ingresan entre 8 y 12 millones de toneladas de plástico.
Para los sectores de la construcción y ferretería, estos datos son especialmente relevantes. Ambos utilizan plásticos en tuberías, revestimientos y materiales aislantes, entre otros productos esenciales. Este alto consumo subraya la urgencia de adoptar estrategias sostenibles para reducir el impacto ambiental de la industria.
El estudio destaca que industrias como la construcción, los alimentos y bebidas, la moda y la farmacéutica son las principales consumidoras de plásticos. En el caso de la construcción, este sector representa aproximadamente el 19% del consumo global. Los plásticos se emplean en aplicaciones de larga duración debido a su resistencia y durabilidad, pero también generan residuos significativos que deben gestionarse adecuadamente.
En la industria ferretera, muchos productos dependen de plásticos para optimizar costos y mejorar prestaciones. Tuberías, herramientas con recubrimientos plásticos y componentes eléctricos son solo algunos ejemplos. A medida que los consumidores y reguladores exigen materiales más sostenibles, las empresas ferreteras enfrentan el reto de incorporar alternativas innovadoras sin comprometer la calidad.
El calentamiento global y los retos ambientales han llevado a un cambio en la percepción pública y empresarial. Según el estudio 'Percepción de plástico y consumo de empaques en Latinoamérica 2024', el 76% de los mexicanos considera importante adoptar medidas concretas para proteger el medio ambiente.
Este cambio de paradigma también afecta al sector ferretero y de la construcción, donde se busca equilibrar el crecimiento económico con la sostenibilidad. La implementación de soluciones innovadoras y regulaciones más estrictas es esencial para mitigar el impacto ambiental.
Frente a los desafíos ambientales, la industria del plástico ha invertido en investigación y desarrollo para crear materiales más sostenibles. Los plásticos biodegradables, compostables y biobasados se presentan como alternativas viables, aunque aún enfrentan barreras en su adopción masiva.
Los plásticos biodegradables se descomponen por acción de microorganismos, mientras que los compostables requieren condiciones específicas para transformarse en biomasa en un plazo de seis meses. Según la Fundación Ellen MacArthur, los bioplásticos representaron en 2020 sólo el 1% de la producción global, aunque su adopción crece rápidamente.
En sectores como alimentos y bebidas, así como en aplicaciones agrícolas, estos materiales han demostrado su potencial para reducir la contaminación. Sin embargo, su impacto real depende de un ciclo de vida sostenible y de la implementación de certificaciones como el sello “OK Compost”.
Las certificaciones, como la ISO 14001, garantizan que los procesos productivos cumplan con estándares ambientales rigurosos. Estas también son fundamentales para que las empresas de los sectores ferretero y de la construcción compitan en un mercado cada vez más orientado hacia la sostenibilidad.
Según datos de la International Finance Corporation (IFC), el mercado de plásticos biodegradables alcanzó un valor de 6,120 millones de dólares en 2021, impulsado por normativas más estrictas y la creciente demanda de materiales más ecológicos. Este dinamismo refuerza la necesidad de que las empresas inviertan en innovación y comuniquen claramente las propiedades de sus productos.
El consumo global de plásticos y su impacto en sectores clave como la construcción y el ferretero subrayan la necesidad de transitar hacia modelos de producción y consumo más sostenibles. La adopción de materiales innovadores y certificaciones ambientales no solo responde a la creciente demanda de sostenibilidad, sino que también representa una oportunidad para fortalecer la competitividad de las empresas.
La colaboración entre industrias, reguladores y consumidores será crucial para lograr un equilibrio entre desarrollo económico y protección ambiental. En este contexto, la construcción y el sector ferretero tienen un papel estratégico en la creación de un futuro más sostenible.