Por: Roberto Dmínguez
Con la instalación de módulos fotovoltaicos en campos de cultivo sobre estructuras más elevadas para el aprovechamiento y respeto del espacio inferior de cultivos y pastoreo de animales, con el uso de paneles que dejen pasar suficiente radiación solar para que los cultivos ubicados debajo del generador fotovoltaico puedan usarse de manera plena.
Es así que la IER-UNAM (Instituto de Energías Renovables de la UNAM) en colaboración con la empresa Solarever, desarrollaron una iniciativa de investigación para el sistema agrovoltaico que permite dosificar la cantidad de sol y permitir el cultivo de alimentos, mitigando los efectos negativos en la calidad del cultivo. Solarever fabricó y donó 25 módulos fotovoltaicos tipo tablero con una potencia pico resultante de 200 watts, de acuerdo con las especificaciones indicadas en el proyecto. También suministró los materiales estructurales necesarios para integrar e instalar las bases elevadas que darán soporte al nuevo sistema.
Agrovoltaica o agrivoltaica, se define como uso de un terreno tanto para producir energía fotovoltaica, gracias a la instalación de paneles solares, como para llevar a cabo actividades agrícolas y ganaderas. Gracias a la colaboración de agrónomos, empresas agrícolas, universidades, centros de investigación, organizaciones sin ánimo de lucro y startups, que conocen los detalles del territorio y que son capaces de aportar un gran valor añadido a cada proyecto,
¿Pero cómo funciona la agrivoltaica?
Consiste en instalar paneles fotovoltaicos en terrenos agrícolas integrando actividades agrícolas y/o zootécnicas entre las filas de las estructuras de apoyo de los paneles. La instalación también puede estar equipada con sensores ambientales, funcionales para fomentar prácticas de agricultura.
Se utilizan sistemas de soportes fijos para elevar las placas solares hasta cinco metros por encima del terreno de cultivo. De este modo, se permite el acceso de la maquinaria agrícola a los cultivos situados debajo. También se pueden instalar paneles solares en los techos de invernaderos. Otra solución es la agrovoltaica dinámica, que consiste en instalar los paneles sobre cables elevados —una alternativa desmontable y más ligera— y permite que estos puedan desplazarse o ajustarse manualmente con el paso de las estaciones climáticas y a medida que el agricultor cultiva distintas parcelas de tierra.
¿Qué se cultiva bajo los paneles solares?
En general, los cultivos que más se benefician con los sistemas fotovoltaicos son aquellos no excesivamente altos, como las plantas forrajeras (maíz, cebada, avena, alfalfa, etc.), las hierbas aromáticas (romero y salvia), las hortalizas (pimientos, berenjenas y calabacines), plantas bajas de fruta (fresas y frambuesas) y otras suculentas (como aloe vera para uso cosmético o farmacéutico). Las plantas forrajeras, aromáticas y medicinales crean incluso un hábitat propicio para la presencia de insectos polinizadores (como las abejas), que protegen la biodiversidad.
¿Aumenta el rendimiento?
Es cierto que los paneles producen una sombra parcial, también es cierto que un poco de sombra no desagrada a las plantas, ni al suelo, ni a los animales, teniendo en cuenta que los periodos sometidos a altas temperaturas y de choques térmicos, también causan problemas. De esta manera, el suelo puede mantener más humedad, creando un clima favorable, por lo que también necesita de menos riego (con una reducción de hasta 20 %), minimizando costos dado que los periodos de sequía son cada vez más frecuentes. Fuentes: enel.com-agrovoltaica, solarever.com, grupo milenio.com