A pesar de los avances en materia de equidad de género, la brecha salarial sigue siendo una realidad en México. De acuerdo con un análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), las mujeres ganan en promedio 85 pesos por cada 100 pesos que reciben los hombres por el mismo trabajo. Esta desigualdad se amplía hasta el 20% cuando se considera el empleo informal, lo que evidencia la urgencia de medidas efectivas para garantizar la equidad en el mundo laboral.
En este contexto, diversas empresas han implementado políticas para reducir la disparidad salarial y promover la inclusión de mujeres en sectores tradicionalmente dominados por hombres. Una de estas estrategias es garantizar que los salarios sean equitativos desde el proceso de contratación y que la promoción dentro de las compañías no esté condicionada por el género.
Un caso representativo es el de Schneider Electric, empresa del sector energético que ha desarrollado un marco de equidad salarial desde 2015. Su estrategia se basa en la revisión de sueldos en tres momentos clave: contratación, promociones y ajustes salariales anuales. De acuerdo con su reporte, el 99.6% de su plantilla en México y Centroamérica está cubierta por este plan, asegurando que hombres y mujeres reciban una remuneración justa por el mismo trabajo.
Además, la compañía se ha propuesto alcanzar en el corto plazo un 50% de mujeres en sus nuevas contrataciones, con el objetivo de que al menos el 40% de ellas ocupen posiciones de liderazgo y el 30% accedan a puestos ejecutivos. Esta estrategia responde a la necesidad de mayor representatividad femenina en la toma de decisiones dentro de la industria energética y de automatización.
En materia de inclusión, programas como Women in Schneider Electric (WiSE) buscan impulsar el crecimiento profesional de las mujeres dentro de la organización. A través de esta iniciativa, se han otorgado becas para la formación de niñas en carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), con el propósito de fortalecer el talento femenino en el sector eléctrico.
La conciliación entre la vida laboral y personal también ha sido un aspecto clave dentro de las políticas de equidad. Empresas como Schneider Electric han implementado licencias de maternidad y paternidad remuneradas, reconociendo la importancia de brindar apoyo a las familias y promover condiciones de trabajo más flexibles e incluyentes.
Si bien estas iniciativas reflejan un compromiso empresarial por cerrar la brecha de género, aún queda un largo camino por recorrer en el país. La desigualdad salarial persiste en múltiples industrias, y la informalidad sigue siendo un factor que agrava las condiciones laborales de muchas trabajadoras. Expertos en el tema señalan que para lograr un cambio estructural es fundamental que más empresas adopten modelos de equidad salarial, acompañados de políticas públicas que garanticen su cumplimiento y regulación.
México avanza hacia una mayor equidad en el ámbito laboral, pero el reto sigue siendo garantizar que todas las mujeres, sin importar el sector en el que se desempeñen, tengan acceso a oportunidades justas y a una remuneración acorde con su trabajo y responsabilidades.