Por: Walter Trujillo Díaz
En la mitad del mes de noviembre del presente año, Amazon ingresó a la cada vez más larga lista de compañías relacionadas al ámbito tecnológico que ha iniciado un proceso de recorte importante de su base laboral. Dicho recorte apuntaba inicialmente a los 10,000 empleados, pero al cierre de esta edición de De Preferencia, los últimos análisis indican que desafortunadamente la cifra alcanzará los 20,000 despidos, el doble de lo proyectado.
A pesar de que dicha decisión se debe a razones multifactoriales (necesidad de reducir costos, desaceleración en el crecimiento del negocio de servicios en la nube, baja significativa en las ventas en línea debido a que los consumidores han vuelto a salir a la calle, los retos en la cadena de suministro, condiciones macroeconómicas globales, etc), en el caso específico del gigante del comercio electrónico han salido a la luz teorías de que la razón principal se debe al efecto inminente del reemplazo del personal por robots y máquinas, que estarían desempeñando las tareas que originalmente llevaban a cabo los empleados que están hoy sin trabajo. Aún cuando dicha teoría es incorrecta y nos pueda resultar hilarante o descabellada, es importante matizar algunos aspectos para poner el tema en la perspectiva correcta.
Hoy en día estamos viviendo, en mayor o menor medida, una etapa de transformación digital o también conocida como una era de digitalización. ¿Qué es la digitalización? De forma simple, es el conjunto de acciones que permiten, aprovechando el uso de las tecnologías, el poder mejorar, optimizar o incluso evolucionar procesos y operaciones en las empresas de tal forma que se incremente la productividad. Es importante mencionar que usar la tecnología no es sinónimo de digitalización, ya que debe existir una transformación real que beneficie entre la situación anterior y la actual. Y una de esas tecnologías es la automatización.
Desde hace una década, Amazon inició un ambicioso programa para automatizar el trabajo de oficina que hoy conocemos como “Hands off the Wheel” (manos fuera del volante). Sin embargo, el propósito que perseguía el programa no era una burda eliminación de puestos de trabajo, sino automatizar tareas para que la empresa pudiera reasignar personas para crear nuevos productos; es decir, para hacer más con la misma cantidad de personas, en lugar de hacer lo mismo con menos. Los resultados son evidentes, ya que Amazon a través de este programa ha mantenido una operación que sigue siendo ágil a pesar de ser una compañía con uno de los volúmenes más grandes del mundo, con un rumbo marcado por la innovación y la competitividad.
Pero no todas las empresas comparten la misma visión de Amazon, y la automatización en sus diferentes sabores (tales como sistemas inteligentes de monitoreo y supervisión, robots industriales para entornos de manufactura y almacenes, así como otras máquinas equipadas con aprendizaje automático), han dado pie a iniciativas con el objetivo específico del desplazamiento del capital humano, a fin de reducir costos e incrementar sus ganancias. En fin, una versión actualizada de las hiladoras de vapor dejando sin trabajo a los artesanos del siglo XIX.
Es en esta disparidad de visiones empresariales donde radica la importancia de hacer nuestro el reto de la transformación digital, estableciendo una estrategia integral que abarque en su conjunto a las empresas, a la academia y al gobierno.
Por un lado, que las empresas se comprometan a desplegar una cultura organizacional que permita, de forma sistemática, que los empleados de las áreas impactadas en los procesos de transformación tengan la posibilidad de ser habilitados mediante planes de capacitación para desarrollar nuevas funciones, ya sea cubriendo posiciones en áreas actuales o nuevas de la empresa, o preparándolos para afrontar de mejor manera su salida para una nueva oportunidad en el mercado laboral.
Por su parte, las instituciones formativas tanto públicas como privadas deben estar en un monitoreo constante para poder ajustar y adaptar de forma ágil su oferta educativa a las necesidades que los diversos sectores productivos requieran, y así evitar generaciones de graduados cuyos programas docentes obsoletos los obliga a emplearse en trabajos alternativos o definitivamente en la informalidad.
Y no menos importante, la función del gobierno para establecer las condiciones que permitan no solo la regulación efectiva sino el establecimiento de incentivos para que la transformación digital sea un proceso que actúe en beneficio de sus gobernados.
Amazon es un claro ejemplo de los beneficios que surgen cuando una empresa toma la decisión de reasignar empleados una vez que ha sucedido un proceso de automatización; es campo fértil para la innovación y la identificación de nuevas oportunidades de negocio. Hoy en día, en donde la economía global trae consigo un cierto grado de inestabilidad, es una gran tentación para las empresas la sustitución simple de personas por funciones desarrolladas por máquinas. Si esa idea ha pasado por su mente, yo le invito a reflexionar unos minutos. Se dará cuenta de la gran oportunidad que representa el recuperar el talento humano de tareas repetitivas y enfocarlas en el desarrollo de nuevas ideas, creativas y originales: cosas que hoy en día son difíciles y muy costosas para ser hechas por una máquina.
Aprovecho para desearles un espléndido 2023, siendo la salud y demás parabienes una constante para usted y su familia.
Walter Trujillo Díaz
Twitter: @wtd_x