Por: Luis Bressane – Especial para Revista De Preferencia
Se espera que la economía de América Latina crezca un 5,9% este año y un 2,9% en 2022, lo que no será suficiente para recuperarse de la crisis provocada por la pandemia Covid-19, según el pronóstico de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) publicado en noviembre.
El crecimiento de este año se explica principalmente por una baja base de comparación, luego de la contracción de 6,8% registrada en 2020, además de los efectos positivos derivados de la demanda externa y el alza de los precios de las materias primas (commodities) exportados por la región.
Nos dimos cuenta, en una amplia reflexión, que los mercados laborales de nuestra región latinoamericana fueron los más afectados por la crisis generada por el Covid-19 - el número de empleos cayó un 9,0% en 2020 - y la recuperación esperada para 2021 no permitió alcanzar los niveles previos a la crisis.
Notamos, a través de la prensa, que aún había una fuerte caída en la participación laboral, particularmente entre las mujeres: la participación femenina en 2020 alcanzó el 46,9%, lo que representa un retroceso con respecto a los niveles de 2002. Lo que ya sabemos es que la agravaron los problemas estructurales de muchos años, como la baja inversión y la productividad.
Hablando un poco de los fabricantes de máquinas y herramientas, vimos intentos de muchas empresas de buscar seguir la industria 4.0, pero no todo depende exclusivamente del sector privado. Como en muchos otros frentes, también es fundamental el apoyo a las políticas de Estado que brinden condiciones para la ejecución de estrategias de mediano y largo plazo.
En un análisis pragmático, lo que necesitamos, en la práctica, es una fuerte inversión en infraestructura orientada a la innovación, la productividad, la competitividad y la integración internacional con mucha más efectividad. Y, aun así, mirando las cifras y estimaciones consolidadas de diciembre, antes de fin de año y las tradicionales celebraciones en esta época, las proyecciones de crecimiento para el sector de la construcción son optimistas, incluyendo principalmente el sector de arrendamiento de equipos y maquinarias.
Mi mensaje final es que la industria está creciendo, pero el camino hacia la recuperación de la actividad aún es largo. La desaceleración de los elevados precios de los insumos, que comenzó a manifestarse en los dos últimos trimestres, también contribuyó a impulsar la revisión al alza.
A pesar de esto, muchos empresarios todavía se quejan de la escasez y el alto precio de los materiales de construcción. Parece que el período de las “vacas gordas” ha terminado y los pedidos de los clientes son más calculados y las metas son más difíciles de alcanzar.
De alguna manera, los desafíos que enfrentan las marcas y los minoristas en 2021 fueron más complejos que los que enfrentó la industria cuando comenzó la pandemia. Los consumidores se han vuelto más tecnológicos, investigando más con cada compra y haciendo más hincapié en su experiencia.
Aprovecho la oportunidad y deseo a todos, Felices Fiestas, extendido a sus amigos y familiares.